viernes, 26 de febrero de 2010

Mango

Cuando llega el momento de detenernos y dedicarnos a contar lo vivido, no se trata de un inventario como: 20, 30, 40 años, 2 amores, 3 errores, 4 perros; sino más bien de un relato cualitativo, un ejercicio consciente de memoria y algunas preguntas, ¿Qué me constituye?, ¿Cuál de de estas experiencias me hacen la persona que soy? Y por último ¿Bajo que criterio seleccionar los recuerdos?

En ese momento me di cuenta que eso de contarse no es nada fácil… ¿Sera importante aquel primer beso oculto en la memoria o quizás es más importante aquel que recuerdo como el segundo que aun me hace sonreír? También recuerdo un beso tan cargado de emoción que me hizo llorar ¿lo coloco o no?, es obvio que datos sueltos no constituyen una historia, así que hay que contar ¿cómo, cuando y por qué?, ¡Solo en besos se van al menos tres paginas! El planeta se muere así que ¡al grano!

Pero ¿cómo no contar mi primer día de colegio?, si mis ojos se humedecen al recordar la sensación de abandono y la manera como me abrazaba a las piernas de mi padre –la primera vez que llore por una ausencia- ¿será eso importante?

Mi primer adiós, todas las veces que me sentí morir, la traición, el amor, el sexo… ¿te lo cuento todo o solo una parte?

Contestar la pregunta ¿cómo llegue a ser la persona que soy?, sigue esperando por una respuesta que se ha hecho larga.

Ahora, si tuvieras una cuartilla para contarte ¿qué dirías?

1 comentarios:

Andres V. dijo...

no contaria nada....... mi historia... es una de orgullo, tristeza y decepcion... y aunque estoy mejorando (segun dice la gente)..... los momentos que nos definen son los mas diciles, los que miras a la adversidad y te reies en su cara