domingo, 27 de diciembre de 2009

¡El karma de la chola!

Érase una vez yo, una buena ciudadana que cruza por el rallado y no tira basura en la calle, que decido ir a la universidad en metro porque la calle estaba horrible –como cualquier día en hora pico en esta bella capital- y tomo la desdichada decisión de ponerme cholitas, más sin embargo debo argumentar mi aparente locura, verán me había hecho los piecitos temprano y no quería ‘dañarlos con zapatos’, no se que activo la espiral de desgracia si la decisión de irme en metro o la de las cholitas… en fin, salgo de mi casa DIVINA y hora y media de tiempo para llegar a la universidad, en ese memento pensaba mirando el reloj “voy relajada porque me da chance de llegar y hasta de tomarme un café”, mente positiva porque el pensamiento positivo es algo poderoso!!!... mucha gente en la estación como era de esperar pero seguía relajada y en el tercer tren me monte quedando cual sardina en lata sintiendo en carne propia ese ‘calor latino’ del que tanto hablan, y pensaba “bueh… voy un poco apretada pero es solo una estación hasta la transferencia y allí se baja mucha gente…”, ahora comienza lo bueno porque ya había esperado unos 15 minutos para poder montarme, empieza la cuenta regresiva…
Una vez en el metro, apretada y con calor, miro a la gente que esta a mi alrededor, un poco por paranoia otro poco por pasar el tiempo, y noto la presencia de esta chica que parecía de revista la muy ingrata, divina, allí entre tanta gente y ¡no me lo podía creer! ¿Como lo hace? Dedique unos segundos a mirarla buscándole la costura y saben que… ¡¡¡SE LA ENCONTRE!!! Tenía los pies horribles, feos, guacala, sentí un fresquito dentro de ese vagón que místicamente solo yo sentía, sus pies eran feos y los míos ¡PERFECTOS!, en un parpadeo llegamos a la transferencia y salí del vagón aun con el dichoso fresquito… es aquí cuando empieza mi odisea… al salir del vagón alguien me pisa la chola la cual con una agilidad impresionante para una chola se sale de mi pie, al notar su ausencia no puede hacer nada porque era arrastrada por un mar de gente hacia fuera, más sin embargo me dio tiempo de ver a mi pobre chola, sola, casi podía escucharla gritar “¡MAMI!” y ver como en cámara lenta -LITERAL SEÑORES- la pateaban hacia el vacío y caía a los rieles fuera de mi alcance para siempre… Y allí estaba yo la de los pies perfectos con una sola chola, mientras la chica de los pies horribles seguía su camino a donde sea que fuera ¡la muy desgraciada!, en ese momento descubrí que el karma es más arrecho aun…atónita por los acontecimientos mire a ambos lados de la estación como buscando la cámara escondida porque eso no me podía estar pasando a mi -la buena ciudadana de pensamiento positivo- y nada, cada quien seguía su camino ignorantes de mi trauma, solo una mirada se poso en mi y parece haberlo visto todo, un chico –bastante guapo la verdad- que se reía como diciendo “que mala suerte”, nadie más me vio hasta que empecé a caminar descalza por la estación buscado el camino de vuelta a casa, allí si fui notoria, ¡CLARO! Era la loca que andaba descalza, algunos se reían, otros me miraban extrañados y todos, absolutamente todos miraban mis pies –DESGRACIADO MURPHY- que ya no se veían tan bien… en este punto habían pasado unos 45 minutos desde que salí de mi casa, solo quedan 45… salgo una vez más de la estación y viene la peor parte caminar por la calle, las expresiones de extrañeza y burla de la gente ya me eran indiferentes solo quería llegar a casa y por piedad ¡LAVARME LOS PIES!, finalmente llego a casa y lavo mis pobres, pobres piececitos, me pongo zapatos –no me iba a arriesgar otra vez- y salgo corriendo nuevamente al metro, ya ha pasado una hora desde que salí con pensamiento positivo de mi casa, quedan 30 minutos… llego al metro 15 minutos más de espera, hacinamiento en un vagón, incomodas cercanías y bultos que es mejor no averiguar, llego a la universidad corriendo auque ya iba tarde, hasta el momento había perdido una chola, arruinado mi pedicura, había sido burlada y tomada por loca, estaba cansada, sudada e iba tarde que más podía pasar ¿cierto? Pues llego al salón y al intentar tomar aire leo “el profesor fulano no puede asistir hoy por motivos ajenos a su voluntad” EL COÑO DE TU MADRE MURPHY, en definitiva mi error fue salir de mi casa…

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